Nuestras huellas en la nieve huyen de Transilvania adelantando a los viejos carromatos que convierten las carreteras de Maramures en caminos del pasado. No podemos evitar la tentación que supone una tierra en la que las viejas tradiciones se resisten a perder su sitio. El progreso va desplazando poco a poco los antiguos estilos de vida y hasta los gitanos se inician en las artes de internet. Maramures se va adaptando lentamente a los cambios y guarda todavía para el viajero los encantos de una vida sin prisas, la sonrisa de plata del que se puede permitir el lujo de pararse a conversar con el extraño y la picardía de la chiquillería que, emboscada, reta al forastero a una batalla de bolas de nieve.
En Sapanta descubrimos la alegría de la muerte en un cementerio de colores que ironizaba con las anécdotas más escabrosas de la vida de sus muertos; descubrimos también la hospitalidad de sus vivos, que comenzó con el ofrecimiento de un vaso de leche en una de las casas más humildes del pueblo, y acabó con una proposición formal de matrimonio.
Todavía con el susto en el cuerpo nos adentramos en lo más profundo de la región; llegamos a Sieu con la confianza de encontrar un lugar donde dormir y, como por casualidad, somos acogidos en la casa de una maestra retirada que cocinaba como los mejores chefs en activo y de un forestal jubilado que compartía jubilosamente su mejor licor de ciruelas, (probablemente porque con nuestra visita disfrutaba de un permiso especial). Allí comimos y bebimos, y caminamos por carreteras desiertas, y nos paramos a charlar con campesinos y arrieros, y fuimos a la misa del domingo, y al mercado del pasado, y jugamos a comprar un cerdo y lo volvimos a vender. Cansados de no ver la sombra de las personas ni de las cosas atravesamos las montañas en busca de un sol que no quiere brillar.
El paso Prislop hace soñar, la nieve se agarra a las ventanas y el paisaje se convierte en una postal en blanco y negro. El bus desciende vertiginosamente por la carretera helada dejando atrás los Cárpatos, obligándonos a girar la cabeza para guardar un ultimo recuerdo de una tierra que nos hechizó con sus encantos.
1 comment:
Es la mujer de la foto la que se casaría con uno de vosotros?
Con cual de vosotros se iba a casar?
Y pq no tiró la proposición adelante? Tiene cara de ser muy cariñosa ;)
Muaksss
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