Friday, October 26, 2007

ARRIVEDERCI AMIGOS


Los últimos días antes de la partida fueron un frenesí de despedidas, de "cuídate muchos" y de algún "te quise" robado. A la llegada a la ciudad romántica por excelencia nuestros corazones estaban en "cierre por derribo" a causa de tanto abandono. Dos días hicieron falta para recoger los pedazos, levantar la cabeza y volver a ver brillar el sol en el horizonte. Un horizonte amplio, dudoso, esquivo y prometedor que se presenta ante nuestros espíritus contrarios al reposo.
Nos abrimos paso ante la maraña e turistas, queremos sentirnos diferentes pero a los ojos de un observador imparcial, sea gondolero o no, somos parte de la gran marea que sube y baja según la estación del año. Bueno no, el gondolero si sabe, él ve en nuestras mochilas gastadas unos bolsillos incapaces de pagar una tarifa pensada para enamorados.
Recorremos cada calle, nos sumergimos en cada canal con mirada observadora, buscando en los reflejos la fotografía escondida, el instante robado que nos hará diferentes. Las piernas reclaman su merecido descanso, hartas de flotar en una isla de sueños de cristal (de Murano) y nuestras almas de viajero, impacientes por abandonar al turista y comenzar la aventura, nos empujan hacia el este a descubrir nuevas lenguas, nuevas visiones de este loco mundo que por ser redondo como una pelota nos une a todos en un destino común.

1 comment:

Anonymous said...

¿Esto del destino común no acabará con un "en lo universal", no?.

Ya tus vale...